18 de enero de 2008

DE FLOR O DE DESORDEN


Conozco la gama de los miedos y ese comenzar a cantar despacito en el desfiladero que reconduce hacia mi desconocida que soy, mi emigrante de sí.


Alejandra Pizarn
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Ay Alejandra… hoy te he visto en los espejos huidos de los coches, tu pelo corto, tus ojos clariverdes. Morían en una plaza calles y gestos y huecos del alma, dormía la mendiga debajo cerca de la fuente y casi la pisaban los que salían de las tiendas. Ay Alejandra… ¿eras tú la mendiga? me acerqué a ella y quise abrirle los ojos para ver si eran los tuyos, pero tuve miedo y entonces tuve que huir por si despertaba y los habría ella misma, y eras tú . Tuve el miedo de la noche ciega , el miedo de no tener ojos pero tener que ver sólo lo que no se puede ver, lo que no se puede ver del dolor que nos hace allí dentro, más adentro de todo, más adentro, que no se llama ni adentro y son dientes y carne,
que ni se conoce Alejandra lo que hay tan adentro.
Qué miedo de tan adentro saber que tú podías ser la mendiga de la Plaza dels Ángels, y al abrir los ojos no saber que decirte…pero no llores por no quererte ver los ojos linda mía, que ya estás muerta y puedes ser mendiga, y fuiste loca y herida , no llores que se han quedado tus palabras en la nuca de los que van si camino preciso, unos vomitan cerca de tu tumba, no saben quien eres pero recuerdan colores de ojos como los tuyos,
y si se ponen a dormir y se tocan el sexo viene el olor del tuyo a su manos y si se tocan los pechos, son los tuyos, tus pechos pequeños que hubieran querido tocarlos para ver si eran de flor o de desorden o cómo los míos que caídos y blancos, tocar tus pechos y gemir hasta entender que ningún muerto ha muerto y estamos en el mismo sitio yo soy una muerta que habita las cárceles de sí misma, en mis cárceles están tus pechos y hay una cama donde duerme ahora un hombre de abuelo merchero con ojos de canica negra que tiene una raja cerca de esos ojos , cada uno tiene sus cárceles Alejandra, vivos o muertos todos necesitamos una cárcel donde morir, una cárcel donde dejarnos la sangre y saber que vivimos .
Alejandra hoy he visto tus ojos en el hombre que amo y duerme conmigo
Alejandra, he visto tus ojos, son hermosos , hermosos y tristes, Alejandra.



Cuadro dela mujer estirada de la genial Tamara de Lempicka