1 de octubre de 2008




Estaba tan blanca que tomaba la forma de una herida,yo la miraba dormir y hubiera jurado firmente que estaba muerta, pero no, era su forma de existir cercana a lo que desaparecerá.Esa tendencia suya a resistirse a que la sujeten le costó más de una marca en las muñecas de haber sido encadenada en una cama,la miré en el centro justo de los ojos, en el espejo, y acabé intuyendo que era tan parecida a mí, la miré justo en el centro de su movimiento,apenas disimulaba que la ropa le iba grande y la vida a veces también la sobrepasaba hasta hacerla enloquecer, me sonrió con la sonrisa hermosa de la imperfección,le dije que sería un lujo cuidarla, amamantarla, darle cuentos al oído,que hablaría al oído sobretodo en su insomnio,y volvió a sonreír en silencio, se parecía tanto a mí que casi creo que era yo misma, y besé el espejo.