15 de octubre de 2008

La Mariposa.

Me poso en la luz y aún así sigo irreconocible,parpadea la vida ante mis ojos...
Y resulta quizás que ni soy niña, ni mujer, pero sí soy Aquella, La Que Vuela...
La mariposa que llevo tatuada la hice parar en su vuelo en mi muñeca, para verla volar eternamente toda mi vida...
El cielo no es suficiente para algunos, nos salimos de él hasta rozar allí donde no existe ya el oxígeno y la gravedad ya no te sujeta con lo pies en el suelo...Y es eso volar, salir de la tierra firme, de la verdad firme, de la realidad firme, y olvidar que estamos sujetados con cadenas aunque nos sintamos libres...
Me poso en la luz y puedo llorar de amor o de cólera,
y mi mariposa me ha de recordar que la libertad consiste en no atarse al dogma, en no acatar siempre orden... Podemos ser presos de lo material o presos de la normalidad,
también se puede tener un corazón libre detrás las rejas de una cárcel.
¿Quiénes son los libres me pregunto?
Y no lo sé....
Sólo veo mi mariposa, e intuyo que la libertad no nos la da lo que está fuera ,sino lo que está muy pero muy adentro de nosotros.
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Esta foto me la hizo la maravillosa fotógrafa Consuelo Bautista.