16 de marzo de 2010

un momento

La acera gris para los ojos...
Pero... No importa si nos equivocamos porque llegamos a ser aire,
no importa si erramos el camino porque vimos algo que tenía luz...
Reventar y reventar la calle y el límite,
rozar el precipicio para reconstruirse,
vagando libres por sitios indefinibles,
con los ojos de niño libre,
con las manos también libres,
con los sueños raramente libres,
sin miedo vimos un trozo del destino,
sólo un pequeñísimo trozo de nuestro final,
sonriendo en una mueca extraña y frágil
meros peatones de un lugar deshabitado
donde dejamos un corazón que quiere vivir sin miedo,
y sin miedo así todo el cuerpo sólo un pequeño instante...
Un mínimo instante...Pero sin miedo.