10 de enero de 2014

/eres el desenlace de lo mudo e insomne,
una puerta donde se reconoce
            la estructura de lo que llora,
un mortecino y lúgubre silencio
        cuando no se necesita,
y yo,
reconocería siempre la lluvia negra en mis párpados
temblando de no verte,
y, yo,
la turbación de la furia
me agacho enferma
buscando el final de lo recóndito /