7 de diciembre de 2015

/abrí un camino y estaba hecho de sangre...
Yo mantuve mi cuerpo encendido cerca del tuyo,
autopistas desconocidas, quimeras que se volvían agrestes,
en mis manos, en mis pechos de desaparecida...
A lo mejor es que yo no provoco las tormentas
y tú no enciendes los bordes de los bosques...
Solamente escribimos sobre nuestros huesos llovidos,
sobre nuestros sueños llovidos...
Mi miedo desmedido calcula la palabra para apedrear
la tristeza que baila sobre los abedules...
Los universos de forma de viento
estaban tatuado en el color impreciso de tus ojos...
¿Dónde volver cuando el sendero
a tomado forma de muerte silenciosa?/