3 de diciembre de 2015



/yo me acosté mientras en la ciudad
aullaban los desaparecidos,
yo te buscaba en los bordes de la vida,
en los límites de la alucinación...

fui una niña,ahora soy una piedra,
no lloro ni pregunto,
sólo escalofríos de preguntarme hacia donde...

las periferias de mí se congelaban en sus ojos,
gritaba su piel alucinada...

no hay camino, no hay camino,
sólo una ensoñación que destruye
 mi corazón y mis dientes diminutos...
Comeré de los fantasmas nocturnos,
que pueblan mis nocturnidades..

Cientos de calambres
por haber visto lo irreconocible,
aquello que petrifica
mi alma de mariposa desaparecida/